Nos jactamos de decir que tenemos los mejores restaurantes del mundo, la mejor dieta, más rica y saludable, que debemos educar y sensibilizar a nuestros clientes, pero nos olvidamos de lo más importante, el futuro, nuestros pequeños.
Una ley no escrita determina que los menús infantiles consten de pasta, carne y postre. Lo que encuentran nuestros pequeños cuando van a los restaurantes, suele ser (según la opinión de diferentes asociaciones de consumidores):
Pasta: normalmente pasada de cocción y con tomate infame.
Carne: rebozada o picada tanto de ternera como de pollo o cerdo, con patatas congelas.
Postre: yogurt o helado.
Tenemos un grave problema y tanto consumidores (padres) como restauradores debemos poner todo de nuestra parte para enriquecer la variedad y la calidad de nuestros menús. Así, educaremos gastronómicamente a nuestros hijos y de paso frenaremos el aumento de la obesidad infantil.
Saltó la alarma cuando a una amiga de mi hija de cinco años le ofrecimos unas cerezas y las miró como el que mira a un extraterrestre, antes de comerla como el que está mordiendo un limón. Mi hija con buen criterio le advirtió: cuidado que lleva un hueso en el centro, inmediatamente la expulsó exhausta. ¡Houston tenemos un problema!
Nuestra responsabilidad, debe estar por encima del negocio y debemos ofrecer buena calidad y variedad a nuestros futuros gourmets a buen precio, de este modo fidelizaremos también a los padres que sentirán que cuidamos a sus hijos.
Pasta sí, pero de calidad y hecha con cariño.
Aceite de oliva virgen por favor.
Patatas sí, pero no congeladas.
Olvidémonos de los fritos y busquemos nuevos sabores para enriquecer a los pequeños de una forma saludable y con imaginación.
Pescado fresco y bien limpio (ni barritas, ni calamares a la romana) hay infinidad de pescados a precios económicos, que bien limpios y elaborados con imaginación pueden ser maravillosos. (Mairas, caballa, calamar, pescadilla, cazón etc.)
Las verduras son un tema complicado, yo también soy padre, pero hay maneras divertidas de comer verduras y son eficaces os lo garantizo (en forma de espaguetis, gratinadas, etc.)
Los postres. Aunque un yogurt o un helado pueden ser un complemento estupendo, la fruta variada y de temporada es mejor. (Crear el hábito de comer fruta es difícil hasta en los adultos, pero debería ser una obligación y si tus hijos te ven comer fruta ellos también comerán)
Es nuestra asignatura pendiente (de todos) y en nuestra mano está crear gourmets que disfruten de lo que hacemos y quién sabe, entre ellos aparecerán futuros profesionales que se apasionen con nuestro mundo y ayuden a mejorarlo, ¡que falta nos hace!.
GERMÁN ESPINOSA
CHEF DEL RESTAURANT VERMELL
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