Inicio
Rossini
Apr 19, 2021

Rossini

Calidad y savoir-faire en plena Plaça Reial

rossini-by-cbg-9.jpg

Todos hemos cometido alguna vez el error de pensar que en las zonas de afluencia turística no se come bien. Rossini es sin duda un ejemplo de que esto no siempre es así. Llegamos a Plaça Reial de Barcelona por su único acceso y debajo de sus arcos de estilo gótico vemos muchos restaurantes. Todos ellos tienen terraza y tienen en común su preciada y concurrida ubicación, pero ninguno es tan imponente como Rossini.

Tras cruzar su terraza, apetecible en cualquier época del año, entramos en el local y a mano derecha nos queda la barra. Madera, colores cálidos y una decoración rústica nos hacen pensar que nos encontramos en un espacio histórico: -¡Cuántas cosas deben haber pasado en este restaurante, cuántas conversaciones, brindis y sobremesas!-. Echando un vistazo rápido al espacio ya sabemos que este no es un restaurante cualquiera.

Unas escaleras suben a la sala de arriba, otras bajan y nos llevan a dos grandes salas, cada una con un ambiente distinto. Tanto la terraza como las cuatro salas del restaurante emanan tradición y cocina casera, de esa que hace chup chup durante horas y suelta olores más que sugerentes. Algunos detalles nos muestran la essenza italiana que su propietario, Milos, quiere mantener desde que abrió las puertas del negocio en 2008. No obstante, cuando consultamos la carta vemos que hay platos para todos los gustos: ensaladas, platos mediterráneos, carnes y pescados. Todos ellos acompañan una extensa lista de pizzas y pastas con ingredientes y salsas diferentes. Esta parece ser la especialidad de la casa y lo corroboramos cuando probamos algunos de los platos de Rossini.

El alma de este restaurante es un serbio enamorado de la gastronomía italiana y la música, y esto se percibe en cada uno de los rincones de Rossini. Una de las salas de abajo nos muestra un majestuoso piano, situado de manera que todas las mesas puedan oír las melodías que de allí salen. Milos nos explica que cada noche, cuando es posible, ofrece música en vivo para sus clientes. Enseguida nos damos cuenta de la energía y la vitalidad de este empresario, que además de Rossini gestiona otros 4 bares y restaurantes en distintas zonas de la ciudad. Todos ellos tienen carácter propio, como ocurre con este majestuoso restaurante de la Plaça Reial.

rossini-by-tekla-10.jpg

Turistas sí, calidad también

No es nada nuevo que la Plaça Reial es uno de los espacios de Barcelona más concurridos por los turistas. Milos lo sabe y abrió su restaurante con el objetivo de ofrecer variedad y calidad a este público, especializándose además en gastronomía italiana para ofrecer algo que aún no se ofrecía en esta plaza del barrio gótico.

Como amante de la gastronomía y del buen comer, el propietario de Rossini quiere ofrecer variedad sin renunciar a la calidad. Por ello, nos encontramos con una carta extensa y llena de sugerencias elaboradas con productos de primera. Nos llaman la atención la ternera de Nebraska, las carnes curadas y la pasta fresca. Sin duda, todo el mundo podría encontrar su plato favorito entre las propuestas de esta carta. Además, dichas sugerencias se pueden maridar con bebidas de todo tipo. La carta de vinos ofrece una selección algo más afinada en cuanto a cantidad, pero incluye vinos italianos elegidos con conocimiento y perspicacia.

Nos dejamos llevar por las recomendaciones del experto equipo del local y probamos los ravioloni de ricotta y espinacas con mantequilla de salvia y tomate cherry. -¡Qué delicia!-. En este momento nos damos cuenta de que Milos consigue ofrecer productos de primera calidad a un precio más que justo. Seguimos con unos penne al pomodoro para continuar con sabores italianos, y pasamos a degustar un entrecot de primera, perfectamente cocinado y acompañado con verduras a la brasa. La experiencia termina con dos postres clásicos y muy caseros: tiramisú de la casa y panna cotta de chocolate blanco con frutos del bosque. Sin duda, el final dulce y delicioso que esperábamos después del nivel que Milos nos había ofrecido.

Rossini es, en definitiva, un restaurante enorme en el que se come producto de calidad tratado con respeto: platos libres de pretensiones que entran por los ojos y conquistan el paladar, sabores de toda la vida y guiños a la inconfundible y exquisita cocina italiana.

0
comentarios